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ANP sin margen de maniobra a causa del monopolio

  • Foto del escritor: Somos Puerto
    Somos Puerto
  • 21 jul
  • 2 Min. de lectura

La Administración Nacional de Puertos (ANP) enfrenta crecientes dificultades financieras y operativas en un contexto marcado por los efectos del acuerdo portuario con Katoen Natie, firmado durante la administración anterior.


La situación pone en tela de juicio la sustentabilidad del sistema portuario uruguayo y su competitividad regional, especialmente frente al creciente dinamismo de terminales brasileñas y argentinas.


Lejos de traducirse en beneficios para el Estado, la extensión de la concesión a Terminal Cuenca del Plata ha implicado compromisos exigentes en materia de dragado, sin que la empresa privada haya asumido contraprestaciones equivalentes.

A esto se suma la concentración operativa que limita los ingresos de la ANP, al restringirse la actividad portuaria a un único operador. En lugar de fortalecer las finanzas del organismo, el esquema vigente contribuye a su debilitamiento.


Uno de los puntos más críticos es la demora en la ejecución de obras clave comprometidas por la empresa Katoen Natie. Esta dilación, combinada con el reglamento de atraques que obliga a cada barco que llega a ser “rehén” de una terminal que no trabaja de acuerdo a la exigencia del puerto ha tenido consecuencias directas: la pérdida de carga paraguaya —clave para el hub regional— y una creciente pérdida de competitividad frente a puertos alternativos.


La actual administración debe lidiar con los efectos de un contrato que muchos consideran desbalanceado y que compromete seriamente la capacidad del Estado de cumplir con lo pactado. A medida que los costos aumentan y los ingresos se estancan, se vuelve evidente que el puerto de Montevideo necesita una revisión profunda de su modelo de gestión, con foco en la transparencia, la recuperación del control público y la diversificación operativa.

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